El Espanyol toma aire en la lucha por la permanencia tras vencer al Valladolid
El enfrentamiento decisivo por la permanencia entre el RCD Espanyol y el Real Valladolid culminó con una victoria que proporciona aire fresco al equipo local, mientras que representa un nuevo infortunio para el conjunto castellano. El Valladolid no logró elevar su rendimiento en su intento por mantenerse en la categoría. Un espectacular gol de Javi Puado, quien realizó un control acrobático seguido de una volea cerca de la línea del área, encaminó la victoria del Espanyol en una noche desafortunada para el Valladolid. Los visitantes sufrieron la baja de Moro en la segunda mitad, tras una caída que le ocasionó una fractura de clavícula. El fútbol, que poco se rige por los merecimientos, deja a los catalanes con 19 puntos, cuatro por encima de su adversario, y frustra el siempre significativo impulso que se busca tras un cambio de entrenador. Manolo González conserva su puesto gracias al gol de Roberto Fernández, fichado en invierno, ya que esta ventana de transferencias sirve precisamente para corregir las decisiones erróneas tomadas en verano.
Los dos equipos saltaron a Cornellá con esa mezcla entre ganas de ganar y pánico a perder. Los locales partían con las dudas del curso, sin hundirse pero sin despegar, con los visitantes espoleados por la victoria en contra el Betis, sin la cual esto no sería casi una final sino una condena. Los comienzos revelaron ese respeto mutuo, pero también por qué estamos como estamos: imprecisiones y los entrenadores rumiando. La primera, de los periquitos, con Cabrera cabeceando al travesaño. Uy. Uy pucelano al poco, con Lucas Rosa ante Joan García, enorme para achicar espacios y demostrarle que para esto de marcar a veces no basta ni el mejor ariete. La siguiente, blanquiazul. El ansiado gol, y vaya gol. Puado, a la media hora. La perla del Espanyol este curso, amén del portero, asombró con un control con la derecha sobre un envío frontal para girarse y empalmar de zurda. Pareció sencillo.
La diana achantó a los de Manolo González, pues una cosa es soñar con adelantarse en un duelo directo y otra hacerla, y azuzó al Valladolid. Si ellos pueden, que empezaron el día con 16 puntos, nosotros con 15 tampoco andaremos tan lejos, pensaron, por fin con cierto optimismo y buena voluntad tras meses de nubarrones. El Espanyol, hermano de “¡Directiva dimisión!” y también inmerso en la zozobra y más miradas a la directiva que al césped, no supo imponerse y jugar con su ventaja, sino que cometió el clásico error de acularse y pretender guardar la ropa demasiado pronto frente a un Pucela que, no como tantas veces, se vio capaz de algo más. Una jugada coral que dejó a Marcos André ante el cancerbero acabó en las nubes, tan mal remate como buen preliminar. Palomita de Joan para repeler un tiro venenoso de Raúl Moro, el milagro de esta errática temporada del Pucela.